Hazle frente a la vida con una actitud diferente
Cuando hablamos de actitud nos referimos a la manera de actuar de una persona o al comportamiento que emplea para hacer sus labores. Si nos detenemos a meditar en esto, podremos ver que la actitud define quienes somos, pues, como reza el dicho: “una acción vale más que mil palabras”.
Mucho escuchamos hablar sobre mantener una actitud correcta ante la vida, pero la triste realidad es que muy pocas personas llevan los parámetros de una buena actitud a la práctica.
Si el ser humano realmente comprendiera que su actitud y carácter son los que definen su rumbo y su relación con los demás, me atrevería a asegurar que llevaríamos vidas más honestas y transparentes.
Esta es la razón por la que en este post me he propuesto dejarte una serie de consejos que –de ponerlos en práctica– te ayudarán a refinar tu actitud, garantizándote una vida plena:
Mantente positiva
No se trata de negar la realidad, sino de mantenerte a la expectativa de lo que acontecerá, siempre para bien. Se trata de aprender a ver la enseñanza en cualquier circunstancia que se nos presente; esto te ayudará a mantener la esperanza, la calma y el buen humor ante cualquier situación.
Piensa en los demás
El sistema en el que vivimos nos enseña a centrarnos primero en nuestras necesidades, pero esto no debe ser así. La verdadera bendición de Dios –esa que enriquece y no añade tristeza–, llega cuando aprendes a dar importancia a la necesidad de los demás antes de invertir todos tus esfuerzos en satisfacer deseos que sólo serán de beneficio para ti.
El fin nunca justificará los medios
No importa cuál sea tu meta o sueño; aunque muchas personas lo hagan, no podemos pretender alcanzar el éxito pisoteando los sueños, necesidades y trabajo de otros. Quizás esta manera de actuar te lleve a alcanzar tu objetivo más rápido, pero afectará tu imagen como persona y nunca te garantizará el éxito, pues, el verdadero éxito no se trata de tener más, sino de necesitar menos.
Escucha más de lo que hablas
En ocasiones nos sumergimos tanto en nuestros propios afanes que dejamos de escuchar no solo a las demás personas, sino que dejamos de prestar atención a nuestro entorno; esto nos lleva con mayor facilidad a ahogarnos en vasos de agua cuando la solución siempre está más cerca de lo que creemos.
Dedícate a escuchar más y a prestar más atención a lo que te rodea, te sorprenderás de las cosas que aprenderás y así estarás cultivando la simpatía en otros, pues, a veces lo único que necesita una persona es ser escuchada y tomada en cuenta.
Asume tus errores
Siempre resultará más sencillo encubrir nuestras faltas con una mentira o culpar a otros que asumir las consecuencias de nuestros actos. Por eso, asumir los errores es cuestión de personas valientes e íntegras, y su recompensa es el favor de otros.
Mantente humilde
Por último, pero no menos importante, sin importar cuán exitosa seas o cuánto prestigio y bienes poseas, mantente humilde. No en vano Dios nos enseña en su palabra que Él se ocupa de los humildes, pero se mantiene distante de los altivos.
Cuando permaneces en humildad, ninguna situación o etapa en tu vida podrá alterar la naturaleza de tu ser.
El mundo está sediento de personas que reflejen una vida transparente y honesta más de hechos que de palabras. Así que ¡cambiemos hoy nuestra actitud!, y empecemos a contagiar a otros con nuestro ejemplo de vida.
#MujerInspírate
