Cómo cerrar un ciclo en 10 pasos

¿Estancada en algo que te lastima y de lo cual no logras salir por más que lo intentas? Si es así, ¡tranquila!; todas hemos pasado por esa situación en algún área de nuestra vida.

Sea que se trate de algún hábito, etapa, conducta o relación, el proceso de cerrar ciclos suele ser doloroso y por lo general se nos hace cuesta arriba porque nos saltamos pasos o episodios que necesariamente debemos cumplir para poder sanar el corazón de raíz y así continuar sin lastres con nuestras vidas.

Hoy simplificaré este proceso para ti en una serie de pasos básicos que te ayudarán a cerrar ciclos si te comprometes contigo misma a ponerlos en práctica. ¡Doy fe de ello!

  1. Asume tu responsabilidad en el proceso. Cuando estamos atadas a algo que nos daña, solemos buscar razones externas para avalar nuestra condición cuando lo que nos mantiene dando vueltas en un mismo lugar es nuestra incapacidad de reconocer que las únicas responsables de salir de ese ciclo vicioso somos nosotras mismas. Los procesos de desapego, crecimiento y madurez son directamente proporcionales a la actitud que asumas ante ellos, pues, estos acarrean retos que debemos enfrentar a pesar del temor que nos generen. Recuerda que la valentía y determinación no implican ausencia de miedo o emociones encontradas, más bien implican avanzar pese a que tus sentimientos jueguen en tu contra.
  2. Ponte en manos de Dios. Acude a Dios, reconoce ante Él la situación que te supera y que necesitas de su ayuda para encontrar la valentía y determinación que necesitas para cerrarle la puerta a lo que sientes, a fin de hacer lo que es mejor para ti. Si lo haces de continuo y te aferras a Él, encontrarás que en tus momentos de debilidad, Él te dará la fortaleza que necesitas para hacer lo correcto y seguir adelante.
  3. Haz lo que te corresponde. Dios puede hacer su parte pero tú debes hacer la tuya. Esto es cortar con todo lo que te impide cerrar la puerta de ese ciclo o con todo lo que alimenta tu debilidad. Por ejemplo, si se trata de una relación que terminó, ¡basta de stalkeo o de mantener el contacto en son de “amigos”!, ese tipo de conductas no te permiten tener tu cierre y alimentan tu dependencia emocional. Como decía Buda, «la raíz del sufrimiento es el apego a las cosas».
  4. Deja de buscar explicaciones. Enfrascarnos en buscar el porqué de las cosas tiene una lectura: la necesidad de un justificativo para poder soltar. Amiga, sé que es duro, pero no siempre obtendrás las respuestas que buscas y necesitas aprender a continuar con tu vida a pesar de ello.
  5. Acepta los hechos. Esto aprenderás a hacerlo cuando te dispongas a expandir tu visión de los hechos y a confiar en que los designios de Dios son perfectos. Él te ama y aunque duela, usa cada proceso que atraviesas para sacar lo mejor de ti, no para que te dejes destruir por ellos.
  6. Sincérate contigo misma. Más allá de si las cosas resultaron favorables o no, reconoce tus errores y aprende de ellos; de lo contrario, te seguirás tropezando con la misma piedra hasta que la retires de tu camino.
  7. Haz las paces contigo. Luego de sincerarte y reconocer lo que hiciste mal, perdónate. Esto es eliminar el martirio del “si hubiese hecho las cosas de manera diferente, todo sería distinto”. No seas tan dura contigo misma y reconoce que errar es parte del camino de la vida.
  8. Descubre la lección. Cada circunstancia que vives, por dura que sea, encierra una enseñanza. Tu meta es encontrarla con la ayuda de Dios.
  9. En vez de pretender olvidar, busca perdonar. Perdonar no es olvidar, es recordar sin que te duela. El perdón es la llave de la puerta de tu prisión, puesto que cuando decides perdonar a quienes te lastimaron –lo merezcan o no–, le estás diciendo a tu dolor que no le permitirás destruirte y que no le aceptarás quedarse en tu corazón para siempre. Haz click aquí si reconoces que necesitas ayuda para poder perdonar.
  10. Nunca mires hacia atrás. La única manera de cambiar tu presente es dejar de mirar hacia un pasado que no puedes cambiar y enfocarte en el futuro que aun tienes por delante. Recuerda que aunque no sea fácil, no caminas sola. Dios va contigo y si se lo permites, Él dirigirá tus pasos hasta donde necesitas llegar.

#MujerInspírate

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Melina Vélez

Melina Vélez es comunicadora social, presentadora de radio, escritora, productora de Marketing Digital y directora creativa de Mujer Inspírate. Melina es una soñadora imparable, esposa de Ángel Galeano y mamá de Napoleón, su hijo perruno.

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