Cuando el abuso toca a tu puerta (I)

Joven, carismática, soñadora, radiante como el sol… Así era ella; aunque sus padres no lo decían, era la consentida de la casa, ¿cómo no serlo? si no había nube que opacara su alegría ni mal tiempo que nublara su optimismo; ¡hasta al más testarudo se le escapaba una sonrisa con sus ocurrencias! Es que su luz era contagiosa; simplemente, estaba enamorada de la vida. Pero, como en todo enamoramiento, los peligros y desenfrenos del “vivir libremente” pasaban desapercibidos ante sus ojos, esto la hacía una chica temeraria. Sin embargo, detrás de esa impulsividad solo se escondía una chica ingenua, en exceso confianzuda.

Una noche de fiesta junto a sus amigos, sus ojos se encontraron con los de él, era un chico sumamente atractivo al otro lado del salón, pero la distancia no evitó el encuentro inminente. Una noche de compartir experiencias gratas garantizó la próxima cita. Ella estaba impactada tanto por el estilo de vida de lujo que este joven llevaba, como por su manera de ser: para ella, él era un chico que, en definitiva, sabía cómo tratar a una mujer. Fue así como la conquistó; entre obsequios, halagos y atenciones, no solo se metió en su corazón, sino también en el de su familia.

Fue cuestión de unos pocos meses para que ella, convencida de haber encontrado al amor de su vida, decidiera irse junto a él para emprender una vida juntos. ¡Todo era realmente color rosa! Pero ella no sabía que su mundo de ilusión estaba a un paso de convertirse en su peor pesadilla. Producto de la convivencia; los halagos y atenciones fueron mermando, y el verdadero carácter del chico empezó a sobresalir.

A la mujer siempre se la ha concebido como un ser sutil y vulnerable, pero las influencias culturales han dado una connotación negativa a esta realidad, es así como surge la expresión: “el sexo débil”. No te equivoques. Que Dios haya hecho de la mujer un ser sensible y delicado, no te hace menos. La mujer fue sacada de la costilla del hombre; específicamente de su costado, como su igual; debajo del brazo, para ser protegida; y cerca del corazón, para ser amada.

Ahora bien, ¿Qué sucede cuando el comportamiento de nuestra pareja cambia abruptamente? Cuando llega ese momento en el que las palabras hirientes se convierten en el día a día; la desmoralización y la actitud déspota toman el lugar de la cortesía y el respeto; los reclamos y exigencias vienen acompañados de manifestaciones físicas; y el temor, tristeza y decepción habitan tu alma; ¡ALERTA! podrías estar siendo víctima de maltrato, aunque tú misma no estés consciente de ello.

El primer punto que debemos aclarar es que el maltrato no se limita a la violencia física, por el contrario, cuando el maltrato llega al nivel físico, es común que la víctima ya haya sido sometida a otro tipos de abuso, a través de los cuales, por lo general, ha sido previamente condicionada a aceptar su situación. Por si no lo sabías, existen diversos tipos de maltrato:

  • Psíquico y/o emocional: Este tipo de maltrato agrupa todas aquellas palabras y acciones que afianzan en la mujer un sentimiento de inferioridad. Dentro de esta categoría entran los insultos/ofensas, las amenazas, las humillaciones (públicas o privadas), el culpabilizar, la actitud controladora, la manipulación emocional, entre otros.
  • Físico: Esta categoría se refiere a cualquier acción de manera no accidental que atenta contra el cuerpo, como por ejemplo: empujar o halar bruscamente de manera consciente, apretones fuertes, bofetadas, golpes, cortes, quemaduras, heridas, entre otros.
  • Sexual: Esta categoría alberga todo tipo de acto sexual que sea llevado a cabo en contra de la voluntad de la mujer; es decir, por medio de alguna imposición, sea de manera consciente o inconsciente. Esto incluye acoso sexual, manipulación por medio de empleo de sustancias estupefacientes, difusión de material íntimo propio, sexo o tocamientos no consensuados, entre otros.
  • Social: Este tipo de maltrato incluye el aislamiento forzado, tanto de familiares como de amigos, colegas, compañeros de trabajo, compañeros de estudio, vecinos…
  • Económico: Este tipo de maltrato tiene lugar cuando la mujer no tiene acceso alguno al dinero porque el agresor lo controla en su totalidad, aunque la mujer trabaje y sea económicamente independiente.

Cuando nos vemos inmersas en una relación donde nuestra pareja ha dado cambios abruptos de carácter y actitudes, y conocemos realmente poco de su vida personal; es sumamente necesario hacer un stop para evaluarnos internamente, externamente y evaluar nuestro entorno. Una relación donde se presente al menos uno de estos tipos de maltrato, es en potencia una relación tóxica; y las relaciones tóxicas, mi querida amiga, tienden a ir en una escalada de abusos.

Para conocer el desenlace de esta historia y aprender a hacerle frente a una situación de desilusión y maltrato, no dejes de leer la siguiente entrega de este post: ¿Qué hacer cuando el abuso toca a tu puerta? (II)

 

 

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Melina Vélez

Melina Vélez es comunicadora social, presentadora de radio, escritora, productora de Marketing Digital y directora creativa de Mujer Inspírate. Melina es una soñadora imparable, esposa de Ángel Galeano y mamá de Napoleón, su hijo perruno.

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