¿Cómo puedo perdonarme?

Últimamente me han escrito muchas mujeres preguntándome sobre el tema del perdón, por eso hoy quiero contestarles con el corazón en la mano, y a través de este artículo, lo que me funcionó.

Muchas veces pensamos que con solo pedirle perdón a Dios por las cosas que hicimos, arreglaremos nuestros asuntos internos en un abrir y cerrar de ojos, pero no es así; ese solo es el primer paso. Sí, Dios nos perdona y no recuerda más nuestro error, pero en el proceso de las consecuencias que acarrearon nuestras faltas, se convierte en un verdadero reto perdonarnos a nosotras mismas, y es justo eso lo que nos impide avanzar hacia la libertad plena del perdón que Dios nos da.

¡Cuán desgastante es no lograr perdonarte a ti misma por esos errores cometidos en el pasado! Esto es algo que sé con certeza, pues, te estanca de por vida en ese sitio, autocastigándote y privándote de vivir todo lo hermoso que tienes por delante. Ante esta realidad, deseo compartir contigo lo que hice para poder practicar el perdón hacia mí misma en cinco puntos: ⬇

  1. Entendí que no podía hacer nada para modificar las consecuencias de las malas decisiones que tomé. Aceptar y reconocer que fallaste es de valientes, pero cuando lo haces, te liberas de tus ataduras y empiezas a ver las cosas de manera diferente; entonces entiendes que, aunque no puedas deshacer las consecuencias de tus actos, estas no serán más un recordatorio de tu error, sino que dejarán valiosas lecciones de vida en ti que a futuro pondrás en práctica.
  2. Me desahogué y me di tiempo para que Dios me sanara. Aunque no lo crean, lloré mucho –diría que demasiado–, hasta que un día, tirada de tanto dolor que albergaba mi alma, sentí cómo Dios ahí mismo me levantaba del piso y me decía: «Si hablaron de mí y me juzgaron, tú puedes levantarte y perdonarte, porque YO YA TE PERDONÉ HACE MUCHO…» Luego sentí un frío por todo mi cuerpo y su abrazo consolador, un abrazo que solo Él puede dar.
  3. Decidí perdonar, por mi propio bien, a todas las personas que en algún momento me hicieron daño con su dedo señalador; y en medio de ese proceso, aprendí a amar a esos seres que aún no han entendido el verdadero significado del amor de Dios. El hecho de saber que tenía tantas personas juzgándome me hacía odiarme más por esos errores cometidos, pero ese perdón que practiqué hacia los demás me ayudó a liberarme de esos sentimientos. Muchas veces nos dejamos cargar más por lo que los demás dicen, que por lo que Dios ya te dijo que eres.
  4. Leí muchos libros que hablaban sobre el tema; me apoyé en personas sabias y de confianza que me querían ayudar en el proceso y me aleje de todas aquellas personas y cosas que me hacían retroceder. En el proceso de perdonarte llega un punto en el que tienes que estar cara a cara contigo misma y tomar contundentes decisiones en pos de tu sanidad interior. ☝ Este proceso es muy personal.
  5. Comprendí que los beneficios del perdón son instantáneos, pero la sanidad y restauración eran procesos que, de la mano de Dios, me correspondía cultivar. Por último, dediqué años de mi vida a trabajar en las marcas emocionales que dejó el pasado en general, porque después de vivir ciertas cosas, debemos asegurarnos de darnos el tiempo necesario para permitir la restauración de nuestra mente y corazón, a fin de poder empezar una nueva vida y transitar un nuevo camino sin dolor, siempre tomando las mejores decisiones.

Mi deseo para todas ustedes, queridas lectoras, es que puedan experimentar ese perdón y que puedan lograr empezar desde cero, pero siendo sus cómplices en el proceso y no sus enemigas, amándose a sí mismas como Dios manda, con el amor que de antemano Él les muestra.

☝ El perdón es una decisión que está al alcance de tu mano. ¡Atrévete a dar ese gran paso que cambiará tu vida por completo!

#MujerInspírate

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Melina Vélez

Melina Vélez es comunicadora social, presentadora de radio, escritora, productora de Marketing Digital y directora creativa de Mujer Inspírate. Melina es una soñadora imparable, esposa de Ángel Galeano y mamá de Napoleón, su hijo perruno.

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