¿Relaciones tóxicas? Aprende a identificarlas ¡y rompe con ellas!

En ocasiones, cuando ingerimos ciertos alimentos, estos suelen ocasionar un daño en nuestro organismo; del mismo modo nuestra alma puede intoxicarse con algunas relaciones que sostenemos.

Hablamos de relaciones tóxicas cuando nos vemos enganchados a personas que solo generan en nosotros sentimientos negativos, angustia y/o estrés, alterando nuestra forma de vida y hasta nuestra salud emocional.

Las relaciones tóxicas no se limitan a las relaciones de pareja, estas tienen lugar en el ámbito social. Podemos vernos rodeadas de personas altamente tóxicas tanto en el trabajo como en nuestra comunidad o círculo de amistades.

Ahora bien, debes entender que en ti está el poder de identificar a este tipo de personas y establecer límites, pero a pesar de esto, nada nos garantiza poder deslastrarnos al 100% de una persona o ambiente tóxico; en todo caso, lo mejor que podemos hacer es reducir su impacto negativo en nosotras.

¿Cómo identificar a una persona tóxica?  

Lo primero que debes hacer es prestar atención a lo que sientes. Según la psicóloga Silvia Olmedo, escritora del libro Detox emocional: Cómo sacar de tu vida lo que te impide ser feliz, debes estar atenta a síntomas como “una sensación de malestar, tristeza, falta de libertad, el sentir que alguien o algo tiene un exceso de control sobre nuestras vidas, o sentimientos de miedo, culpa, síntomas de ansiedad y depresión”.

Es importante destacar que la toxicidad no se limita a las relaciones. También podemos hablar de ambientes tóxicos, como la hostilidad en el trabajo, o bien, de la toxicidad digital, referida al consumo desmedido de información –sin filtros– que a diario recibimos de nuestras redes sociales.

¿Cómo establecer límites hacia una persona tóxica?

En primera instancia, lo ideal es identificar el agente tóxico. Puede tratarse de tu pareja, una amistad cercana, un compañero de estudio, tu jefe, vecino, entre otras personas con las que convivas a diario.

Lo próximo que debes hacer es descubrir su manera de actuar y su fin. En ocasiones, las personas tóxicas emplean recursos en nosotros –de manera consciente o inconsciente– que anteriormente les han resultado para conseguir lo que desean, aquí entra la manipulación emocional, el aprovechamiento para fines laborales o personales, la monopolización de tu tiempo, el chantaje, la desvirtuación, entre otros métodos.

Una vez que conoces el qué ocurre, quién lo hace, y por qué sucede, es cuando estarás preparada para establecer límites. Para esto, primero deberás hacer un análisis introspectivo e identificar cuál es tu punto débil. Verás, cuando este tipo de personas logra su cometido contigo, es porque hasta cierto punto, tú se lo permitiste. Este punto también implica reconocer las emociones negativas que esa persona genera en ti a fin de poder trabajar en ellas para recuperar tu paz.

Sobre los límites…

Tu estrategia para establecer límites hacia esa persona que intoxica tu vida dependerá de la información que anteriormente hayas recolectado, por ejemplo, si su modus operandi es el reproche, no pelees; si opta por aplicar la psicología inversa, no caigas en su juego, si su estrategia es valerse de cualquier cosa para acaparar tu atención, no se la des. En pocas palabras, lo mejor es cuidar tu corazón al cerrar puertas y establecer una distancia prudencial, pero siempre respetuosa; de esta forma minimizarás los daños emocionales.

Recuerda que estas estrategias responden a la necesidad de optimizar nuestra convivencia con los demás en paz y armonía, bajo ninguna circunstancia debes valerte de esto para levantar juicio hacia la persona que resulta tóxica para ti o para “pagarle con la misma moneda”. Por incorrecta que resulte su actitud, ese es un problema de carácter que por sí misma deberá enfrentar, es decir, un proceso individual con Dios en el que no deberías interferir.

Si bien no podemos negar que existen personas con las cuales convivir parece misión imposible, nuestra tarea debe ser siempre actuar con astucia, pero en amor. Después de todo, esto es lo que nos enseña Dios en su palabra.

“Sean siempre humildes y amables; tengan paciencia y sopórtense unos a otros con amor”. Efesios 4:2, DHH.

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Andrea Colina

Comunicadora Social/Periodista. Escribo, luego existo. Amante del buen cine y de los retrogames. Creativa por gracia multiforme.
JESÚS: mi verdad absoluta.

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