¿Por qué es importante celebrar la Navidad?
Víspera de noche buena. Salgo a la calle y, como de costumbre, observo a una sociedad colapsada por las compras de último minuto: regalos, vestimenta, lo necesario para la cena, en fin… Un caos colectivo que, si no prestamos atención, cumplirá con el cometido de robarnos lo más importante, el verdadero significado de la Navidad.
Aún no puedo entender cómo, en una temporada tan hermosa y donde el amor se pone en práctica, veo a tanta gente sumergida en la desilusión del “no tener”; afanes y más afanes que solo representan la “Navidad” que la sociedad nos vendió, pero que para nada se asemeja lo que esta representa.
Navidad es mucho más que una temporada comercial. Navidad en sí representa la llegada de un niño muy especial al mundo, Jesús: El Salvador de la humanidad. Aunque ciertamente esto no aconteció un 25 de diciembre, la fecha en sí no es lo importante, sino el hecho que un día ese majestuoso ser vino a vivir a esta tierra, y decidió despojarse de todo lo que era y tenía, por nosotros, para ser una esperanza inmerecida de salvación entre aquellos que humildemente le abrieran su corazón. ¿Acaso hay mayor muestra de amor que esta?
Quizás a algunos detractores –como a Krity (quien vio el videoclip de Montreal, lo entendió ja,ja,ja) no les agrade mucho este post. Pero celebrar la Navidad ¡no está mal en lo absoluto!, después de todo, quienes amamos a Jesús vivimos en una constante celebración los 365 días del año, ¿o no? Lo que sí está mal es dejarnos desviar del propósito principal hacia la corriente consumista que la sociedad, sus hábitos y costumbres dañinas nos ha inculcado para la época.
Ya es hora de empezar a marcar la diferencia, a tenderle la mano al necesitado, a disfrutar en familia, a compartir entre amigos, pero no motivados por la fecha, sino siempre revestidos de amor, y ante todo, GRATITUD por lo que Dios ha hecho en nosotros. Ese es el mejor outfit que nuestro corazón puede lucir para honrarle.
Agradece por tus seres amados, por la bendición de poder llenar tu estómago cada día, por tener un techo y abrigo, por poder bendecir a otros de lo poco que tienes, por esa mano amiga incondicional, por tus hijos, por tus padres, por tener un cuerpo saludable, por los momentos de quebranto que limpiaron tu alma, por las pruebas que te hicieron crecer; por lo que querías, pero nunca fue, porque solo Dios conoce los planes de bien que tiene para ti; pero ante todo agradece porque un día, un Príncipe de Paz, Consejero Admirable, Dios Fuerte y Padre Eterno vino a ti, y con todas estas cosas te demuestra a diario su amor, favor y fidelidad.
Deseo de corazón que hoy, junto a los tuyos, puedas acercarte más al corazón de Jesús y conocer su amor a plenitud, para que así la Navidad deje de ser solo una época especial o una festividad, sino el sentido de tu vida y la razón de maravillarte y celebrar día tras día.
«En realidad, todo fue creado por Dios; todo existe por él y para él. Así que, ¡alabemos a Dios por siempre! Amén», Romanos 11:36 (TLA).
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