Más resilientes, más flexibles
En nuestro día a día nos enfrentamos a nuevos retos, algunos los buscamos conscientemente y otros no tanto, simplemente aparecen en nuestras vidas y nos mueven el piso para invitarnos a transitar un nuevo camino que, hasta ahora, era desconocido. Es aquí donde se empiezan a asomar un sin fin de interrogantes que van a afectar de manera directa e inconsciente la manera en la que vamos a hacerle frente a esa nueva situación.
Es precisamente en ese momento cuando te invito a preguntarte “¿Cómo reacciono antes las situaciones adversas?”, te hago esta pregunta ya que te quiero presentar un término que marcará la diferencia en tu manera de percibir las cosas. Sí, te hablaré de la resiliencia. Esta palabra tiene su origen en el mundo de la física, y se utiliza para expresar la capacidad de algunos materiales de volver a su estado o forma natural después de sufrir altas presiones deformadoras. En otras palabras, ser resiliente es tener la capacidad de ser feliz a pesar de las fuertes circunstancias adversas que hayas vivido.
Esto nos habla de la capacidad de algunas personas de ser flexibles, aún en las situaciones más estresantes y ansiosas, las cuales, si dependiera de nosotros, evitaríamos a toda costa. Lo podemos ver en la vida de diferentes personas que a pesar de haber vivido experiencias de abuso, dolor, adversidad, traumas, entre otros, tienen un ajuste positivo del mismo y siguen con su vida luego de recuperarse. En este punto pensamos: “¿cómo es que se logra salir tan bien de todo esto?”, “es una persona muy fuerte, tuvo que nacer siendo así, yo no podría recuperarme de eso…”
No creas que si hasta ahora no has sabido ser resiliente, es porque las personas que lo son nacen siéndolo, te tengo una buena noticia: eso es absolutamente falso, pues, la resiliencia no se desarrolla como parte de la naturaleza humana. No hay técnica o fórmula secreta para obtenerla ya que esta se ve influenciada por la situación, contexto, experiencia y cultura, además, cada persona la desarrollará de acuerdo a sus necesidades y estrategias propias internas de afrontamiento.
Entonces, ¿cómo puedo ser resiliente?
No existe un “paso a paso” para aprender a ser resiliente, sin embargo, quiero invitarte a observar detenidamente cómo reaccionas antes situaciones complejas que demandan más control de tus emociones. Estas son mis recomendaciones:
- Observa tu respuesta emocional y los cambios que genera la misma en tu cuerpo.
- Evalúa tus pensamientos y si estos son esperanzadores, o por el contrario, son pesimistas.
- Revisa si tu visión de la vida cambió desde este episodio; si es así, pregúntate en qué cambió.
- Haz memoria y examina como reaccionaste antes situaciones similares en oportunidades pasadas.
- Enfócate en el aprendizaje que esta experiencia te deja, por más adversa o amenazante, todas las experiencias vividas siempre implican una enseñanza.
- Sé flexible. No esperes que todo sea como lo planeaste, la vida cambia y nosotras nos vemos en la necesidad de cambiar junto a ella; hazte más moldeable, si estás incómoda, acomódate y moldéate a la situación.
- Mira cada situación como una oportunidad para el crecimiento y haz uso del bagaje interno que todos poseemos y que solo sale a escena antes estos procesos que nos retan a vestirnos de valentía y esperanza para seguir con nuestras vidas; esas experiencias que siempre nos dejan siendo diferentes. El resultado de esto son personas más aguerridas y fortalecidas.
- Rodéate de personas que sirvan como tu sistema de apoyo, esas que nos animan, que nos invitan a colocarle la mejor cara a cada situación, que nos inspiran y nos retan ante las experiencias de turbulencia en nuestra vida.
Para finalizar, resaltaré algo que hace algún tiempo leí y quiero compartirte:
“El amor construye unos lazos que nos fortalecen, que te hacen sentirte en terreno seguro. Si hay una persona a tu lado que es una base de seguridad, es un tutor de resiliencia”.
#MujerInspírate
