No hay diagnóstico para el Amor
A menudo comparo la vida con una estación ferroviaria. En cada estación hay numerosos trenes, y cada uno de ellos te lleva a diferentes destinos. De tu parte solo queda decidir a dónde deseas ir y cuál tren abordarás; entendiendo que todos, absolutamente TODOS los destinos están a tu alcance. Si lo piensas bien, es solo un boleto -una decisión determinada- lo que te separa del rumbo que escogiste.
La vida es un hermoso viaje al cual Elizaveta Bulokhova no estaba dispuesta a renunciar. Ella es una modelo canadiense de 24 años a la que le diagnosticaron un cáncer de mandíbula escondido en un aparentemente inofensivo dolor de muela; pero eso no era todo, ya que desde hacía un mes, en su vientre se gestaba el regalo más hermoso que toda mujer puede recibir, ¡la vida misma!
“Deberías considerar interrumpir tu embarazo para poder someterte a quimioterapia, también necesitas cirugía para remover el hueso infectado”, escuchó de los especialistas…
En ocasiones, hacer lo correcto no es lo más fácil, pero las cosas no cambian por casualidad. “Me dije a mi misma que aceptaría lo que fuera que el universo tuviera reservado para mí. Si mi hijo tiene que nacer, nacerá”, fueron sus palabras. Desde ese momento, Elizaveta compró un boleto sin retorno, ella entendía que un diagnóstico no podía definir su destino.
¿Sabías que tu actitud hacia una situación tiene literalmente el poder de cambiar la situación misma? El bebé de Elizaveta crecía fuerte, ¡no dejaba de moverse! “Estando en mi útero, tuve que decirle que dejara de moverse porque no podría tenerlo, y de repente lo hizo. ¡Me escuchó y dejó de moverse!”, cuenta en una entrevista para Vice Canadá.
Aún en medio de la incertidumbre, luego de someterse a múltiples operaciones, de enfrentar el dolor postoperatorio y la extracción del 95% de su mandíbula, Elizaveta fortalecía en amor a su pequeñín: «Empecé a hablar con mi bebé de nuevo y le dije ¡estamos de vuelta!».
En el último momento ella pudo someterse a una cesárea, y así fue como el pequeño Valentín llegó milagrosamente al mundo 10 semanas antes de la fecha pautada para su nacimiento, pero fortalecido en un amor del que, sin saberlo, fue protagonista; un amor que él mismo proveía a su mamá desde su interior.
La vida, como todo buen viaje, consta de diversos rumbos y decisiones a tomar a fin de alcanzar el destino que deseamos. La clave está en saber dónde embarcarse y confiar. ¡No hay mayor motor que el amor! El amor NUNCA pierde la fe y SIEMPRE tiene esperanza; para este, no hay diagnóstico que valga. Y tú, mi querida amiga, ¿qué tren escogerás para llegar a tu destino?
Sesión fotográfica para la revista Vice por Manolo Ceron.
