El reto de ser mujer, madre y médica en tiempos de Coronavirus

El reto de ser mujer, madre y médica en tiempos de Coronavirus

Cuando Luisa decidió estudiar medicina a sus 16 años con aquél ímpetu de “servir a los demás” —como ella dice—, jamás imaginó que su profesión la convertiría en un blanco público de ataques a causa del temor que ha invadido a muchos de cara a la pandemia de Coronavirus. Y es que estigmatizar, dividir o generalizar a una comunidad es la manera perfecta de desencadenar un problema que cada vez toma más fuerza gracias a su poder colectivo.

Así lo hemos visto en los trabajadores de la salud a nivel mundial, quienes cada vez están más expuestos a ser agredidos pese a la heroica y abnegada labor que desempeñan. ¿La razón?, algunas personas ven en ellos una gran amenaza por el simple hecho de estar en contacto permanente con pacientes de COVID-19. Pero, ¿qué piensan quienes atacan a los doctores y enfermeras? Es simple: si el personal médico es el más propenso a contraer la enfermedad, también lo es para contagiar a los demás.

El desconocimiento, la ignorancia, la agresividad, la misma naturaleza humana y un sinnúmero de razones son las que alimentan esta creencia. Sin embargo, la doctora Luisa Vázquez —especialista en medicina familiar, asesora en el Ministerio de Salud y en la Organización Panamericana de la Salud en cesación de tabaco— afirma que se trata de temores infundados y que el miedo es una pandemia peor que el Coronavirus.

“La gente cree que los médicos somos los que tenemos más riesgo de trasmitir el virus y es todo lo contrario, nosotros nos protegemos más que cualquier otra persona. Las personas necesitan entender que el riesgo más grande lo representa sus acciones.

“Soy mujer, madre y médica”

En países como México y Colombia son más comunes las denuncias de agresiones a médicos y enfermeras en la calle e inclusive, muchos de ellos se han visto obligados a huir de sus hogares a causa de amenazas descabelladas.

Tal es el caso de Cindy Anguiano, enfermera a tiempo completo, quien recuerda el día que fue víctima de agresión. “Un día iba saliendo de mi domicilio y al cruzar la esquina, iba pasando un señor en un coche y me empezó a gritar cualquier cantidad de cosas… Recuerdo que solo dije: «ya no me voy a ir vestida de blanco»… Esa vez me fue bien, pero en otra oportunidad, ¿quién sabe?”, comenta.

Por si fuera poco enfrentar la precariedad laboral y sanitaria —dignas de cualquier pandemia—, ellos no solo deben luchar contra la COVID-19 y los riesgos para la salud mental que la situación acarrea, sino contra el temor de enfermarse y contagiar a sus familiares. Cindy es una de las tantas enfermeras que voluntariamente se ha exiliado de su hogar y vive en un hotel para evitar cualquier riesgo a su familia.

Ella recuerda a su pequeño hijo y su voz se quiebra. La tristeza también es parte de su jornada diaria.

Por su parte, la doctora Luisa comparte una dinámica familiar diferente, pero no tan ajena al dolor. “En mi caso mi esposo y yo somos médicos y tenemos dos bebés. Obviamente, no nos podemos aislar de ellos, pues nos necesitan cerca. Por eso, cuando salimos, sentimos pánico porque quizás nunca más volvamos. Lidiamos con tener que negarles un beso y un abrazo, sumado a lo devastados que llegamos por lo que vemos en los hospitales”.

Un llamado a la consciencia más allá del brote de Coronavirus

Para Luisa, las personas necesitan dejar de actuar desde el temor y apelar al sentido común. “En estos momentos, lo primero que la gente tiene que entender es que los médicos también somos seres humanos, como el resto; que también tenemos familias, nos enfermamos, nos contagiamos, nos morimos; pero, sobre todo, que también tenemos miedo”, asegura.

“La única y gran diferencia es que nosotros no contamos con la opción de quedarnos en casa”, añade Luisa.

Aún si fuera opción, no lo haría; todo sea por brindar un poco de alivio al sufrimiento de las personas que hoy padecen de Coronavirus. “Como médicos, tenemos la vocación para apaciguar el dolor, prevenir y aplacar enfermedades. Además de acompañar/guiar a los pacientes. Al final, siempre ponemos todo de nuestra parte para hacer sentir mejor a las personas que confían en nosotros”.

“Ser médico va más allá de salvar vidas”.

La medicina, sin duda alguna, se convierte hoy por hoy en la profesión más importante del mundo; lo evidencia una pandemia que nos aqueja desde hace varios meses. Sin embargo, esta disputa del hombre contra la naturaleza parece no acabar.

Luisa, quien lleva más de diez años ejerciendo su profesión, hace un llamado a la calma y la concienciación:

Esta sociedad necesita educación, necesita tener empatía por los demás y necesita un poco de perspectiva para entender que los médicos nos formamos para hacer el bien. Cuando vemos a la gente en las calles sin tapabocas o sin guardar la distancia, sentimos tristeza. No es justo que estemos arriesgando nuestra vida y las de nuestras familias cuando algunos no valoran ni siquiera la suya”.

Luisa Vásquez se suma a las mujeres que inspiran y afirma que cada quien debe dedicarse a trabajar en equipo, desde el área en la que se desempeñe mejor, para poder aplanar la curva de la COVID-19.

“La pandemia nos demuestra a todos que no sobrevive quien más poder adquisitivo tiene. Lo verdaderamente importante está en la familia, en la salud, en ser conscientes y en hacer nuestra parte por el beneficio común”.

#MujerInspírate

 

¿Qué opinas?

Johana Duque

Johana es colombiana, comunicadora social con énfasis en periodismo; una soñadora incansable y una apasionada sin remedio. La lectura y la escritura han sacado siempre su mejor versión. Actualmente genera contenidos para varias plataformas digitales y trabaja en su marca, “La Dukesa”.

You May Also Like

Entre la danza y la maternidad, Elisa Carrillo se consolida como la mejor bailarina del mundo

Katie Bouman, la mujer detrás de la primera foto de un agujero negro

Yalitza Aparicio: una figura inspiradora para las mujeres de origen indígena

Millie Bobby Brown se convierte en la embajadora más joven de UNICEF

error: Content is protected !!