Cómo mantener la salud mental en tiempos de aislamiento social

Cómo cuidar tu salud mental en tiempos de aislamiento social

“Quédate en casa” o ‘stay home’ es la consigna del momento. “¿Qué tan malo puede ser?”, piensas de entrada. La tardanza es que tengas unos tres o cuatro días de aislamiento social, mientras intentas trabajar con la tribu entera en el hogar —entiéndase: tu familia y único contacto con otros—; todo esto sin perder los estribos en la odisea. Ahí deja de ser tentador el asunto, ¿no?

Sin embargo, esto no es cosa de juegos.

Existe una alarma global ante el Coronavirus o Covid-19. La Organización Mundial de la Salud ha declarado el virus como una pandemia y millones de personas ya se encuentran en cuarentena. Para la fecha, se han registrado casi 550 mil decesos a causa de este brote de rápida expansión.

Por ende, nos toca apelar al sentido común, a la responsabilidad y al amor a los demás (no solo hacia los nuestros) para cumplir con nuestra parte y acatar la prevención; aunque eso implique someternos a medidas incómodas y un esfuerzo sobrehumano por preservar algo de normalidad en nuestra rutina diaria.

¿Qué ocurre durante el aislamiento social debido a una pandemia?

En casos como el que enfrentamos, el aislamiento social suele disparar episodios de estrés, miedo, preocupación, ansiedad, hipocondría, paranoia, entre otros factores que nadie está exento de experimentar.

En vista de ello, te traigo una serie de consejos que te ayudarán a preservar tu salud mental durante estos tiempos difíciles, sea que vivas sola o acompañada. Estos son algunos de ellos:

Lo primordial: facilita la convivencia

Por ahí leí que “la cuarentena es mala para el amor” porque nuestros niveles de tolerancia se ven rebasados ante una convivencia prolongada. De hecho, según el diario La Vanguardia, la ciudad china de Xi’an ha registrado un “número récord” de solicitudes de divorcio en las últimas semanas, justo durante el período de confinamiento, ¿qué tal?

“Vamo a calmarno” —como dice el meme—. Para que esto no nos pase, lo primero que debemos hacer es comunicarnos efectivamente, a fin de evitar pleitos y acordar que este es un tiempo de compartir las responsabilidades en el hogar.

Esto es imprescindible porque, por ejemplo, no es lo mismo hablar de una mamá que trabaja y llega cada tarde a atender a su esposo e hijos, que hablar de una mamá con home office, con homeschooling —ya que tiene a los niños en casa— y con un esposo presente las 24 horas (sea que esté ocupado o no). En estos escenarios, por lo general todos esperan que mamá sea para todo (y mamá tampoco es robotina).

“Sean siempre humildes y amables. Sean pacientes unos con otros y tolérense las faltas por amor”, Efesios 4:2 (NTV).

Una vez que esté garantizada la tolerancia y la armonía en el hogar ante el aislamiento social; el siguiente paso es invertir tiempo de calidad en familia. Por ende, aprovecha al máximo tu estadía en casa y organízate en función de disponer espacios para crea vínculos, jugar en familia, comer juntos, ver películas o series; en fin, compartir más y mejor.

Mantente informada, pero dosifica la información que consumes

Si hay algo que se propaga con mayor facilidad y rapidez que un virus, es el miedo y este no respeta el aislamiento social. Así que ¡ojo con la sobreinformación! Y no, no me refiero solo al consumo excesivo de noticias, también a las redes sociales. ¿La razón? Ten en cuenta que todo el mundo está hablando de lo mismo, solo que no todos lo hacen de manera responsable.

Por tu paz mental, cuídate de consumir información veraz, establece un tiempo para hacerlo —preferiblemente, que no sea en la noche, antes de irte a dormir— y no sigas medios, personas o cuentas alarmistas. Asimismo, reduce al mínimo el consumo de información porque créeme, una sobrecarga de la misma solo aumentará tu ansiedad.

Estar en casa no significa que debas sacrificar tu productividad

Quizás te dieron home office o bien, ya trabajas desde casa. Pero si no lo haces y tienes tiempo de sobra, entonces ponte un horario y establece actividades en las que puedas sentirte productiva, ya que nada corroe más la salud mental que el ocio y la sensación de improductividad.

Una buena idea es aprender algo nuevo vía online —como iniciar un curso gratuito—; atender el hogar —y desarrollar esos proyectos DIY que tienes en mente desde hace tiempo—; arreglar el jardín y organizar un cuarto o clóset —sí, se vale sacar a la Marie Kondo que llevas dentro—.

Haz cosas que disfrutes

Sea que vivas sola o en familia, dedícale tiempo a lo que amas hacer; por ejemplo, una buena lectura; ejercitarte en casa; maratón de series, documentales o películas pendientes por ver; ponerle amor a la cocina, entre otras actividades que te mantengan activa y te hagan liberar endorfinas.

No ignores lo que sientes, pero tampoco dejes que te domine

No internalices el temor, la ansiedad o lo que sea que experimentes en tiempos de aislamiento social; eso solo agravará la situación. Si experimentas estas emociones, reconócelas y háblalo con alguien.

Es impresionante el bien que le hace al corazón el simple hecho de confesar la carga emocional que tienes y aún es más enriquecedor escuchar una palabra de aliento, apoyo y amor de alguien a quien valoramos.

Llénate de lo que nutre tu interior y te hace bien

La única forma de preservar la paz en tiempos difíciles es llenarte más de lo que alimenta la esperanza y fe en ti que de aquello que la apaga. Así que no te falten los tiempos de meditación, de crecimiento espiritual y de conexión con Dios; porque si hay algo que sabemos con certeza, es que Él tiene cuidado de nosotros.

“¡Tú guardarás en perfecta paz a todos los que confían en ti; a todos los que concentran en ti sus pensamientos!”, Isaías 26:3 (NTV).

Asimismo, aprovecha la realidad para ser más consciente de cuán vulnerable somos como seres humanos, pidamos perdón y seamos agradecidos; porque —como dice la Biblia— “el hombre es como un suspiro; su vida pasa como una sombra” (Salmos 144:4, DHH).

De ser posible, toma tiempo también para orar no solo por ti y por los tuyos, sino por cada persona que hoy sufre a consecuencia de este virus, por aquellos que se sienten desprotegidos, por los valientes que asisten a la población más vulnerable, por los que ya perdieron a alguien, por los desesperanzados, por los desahuciados, por los que están lejos, por los que están solos. Y, por supuesto, no olvides tenderle la mano a quien lo necesite, siempre y cuando lo hagas de manera responsable.

Conserva la paz ante el coronavirus durante el aislamiento social

Ante el aislamiento social, combatamos la plaga del miedo con el calor de la paz sin olvidarnos de ser luz para los corazones afligidos.

“Dichosos los que trabajan por la paz, porque Dios los llamará hijos suyos”, Mateo 5:9 (DHH).

#MujerInspírate

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Andrea Colina

Comunicadora Social/Periodista. Escribo, luego existo. Amante del buen cine y de los retrogames. Creativa por gracia multiforme.
JESÚS: mi verdad absoluta.

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