Razones para desconectarte de la tecnología y reconectarte con la vida

Vivimos en una era en la que los avances tecnológicos marcan la pauta. A consciencia, ¿qué sería de nosotras sin la practicidad de un smartphone, laptop, tablet o Wi-Fi? Sí, ¡la tecnología es una verdadera maravilla!, el problema es que, a mi juicio –y de manera silente– nos hemos vuelto muy dependientes de ella.

Si no me crees, medita en esto: ¿cuándo fue la última vez que saliste sin tu smartphone sin sentirte desnuda o incompleta?; ¿cuándo fue la última vez que sostuviste una conversación con alguien que te mirara a los ojos y no sólo a su teléfono, tablet o laptop?, o ¿cuándo fue la última vez que contemplaste un momento invaluable en primera fila, y no a través de la cámara de tu celular?

Muchos conciben la conectividad perenne como uno de los mayores atributos de la tecnología; sin embargo, yo lo veo como una de sus mayores consecuencias.

Verás, la hiperconexión ha derivado en la desconexión con las personas y con nuestro entorno; lo peor del caso es que no hemos caído en cuenta de ello o bien, creemos que lo tenemos bajo control, cuando no siempre es así.

Por eso me he dado a la tarea de motivarte a practicar estos sencillos consejos para desconectarte de vez en cuando del mundo digital, a fin de reconectarte nuevamente con las cosas que valen la pena vivir con nuestros cinco sentidos prestos y activos.

Haz a un lado tu smartphone cuando estés compartiendo con alguien más

Sea en una cena de amigos o reunión familiar, con alarma observo que, por más divertida o interesante que esté la conversación grupal, siempre hay alguien adherido a su teléfono como si fuese una extensión de su cuerpo. También sucede que mientras esperan la comida o muere un tema de conversación, todos se refugian en su teléfono o peor aún, no lo hacen a un lado ¡ni para comer!

Eso debe acabar, pues, aunque no lo mencionen, muchas personas cercanas requieren de nuestra atención para sentirse valoradas o amadas.

Aunque no lo creas, dejar a un lado el teléfono y mirar a alguien más a los ojos mientras le escuchas es uno de esos pequeños detalles que marcan una diferencia positiva en tus relaciones.

Atrévete a salir sin tu teléfono

Jamás olvidaré ese día que salí a hacer unas diligencias con mi esposo y dejé mi celular; por supuesto, al principio –no lo niego– me sentí desnuda y me invadió una sensación de inseguridad indescriptible que me llevó a buscar razones –desesperadas– por las cuales devolverme a casa por él; pensaba cosas tipo: “me pueden escribir del trabajo para algo importante”; “¿y si me llama mi mamá?”, o “¿y si ocurre una emergencia y no me ubican?”. Entonces caí en cuenta de mi actitud paranoica y decidí no devolverme, total, no me tardaría tanto. ¿Saben qué sucedió?, ¡me tardé más de la cuenta! –hasta fui al supermercado y me tomé un café con mi esposo–. Cuando llegué a casa, comprendí lo bien que me hizo esa desconexión momentánea para involucrarme más, sin distracciones, en lo que hacía y vivía al momento.

Activa la opción “modo vuelo” o “modo avión” como vía de escape

Si hay algo terrible es sentarte a leer un libro o a hablar con Dios con tu smartphone cerca –así esté en modo vibración–; tan solo escuchar o sentir el zumbido de alguna notificación o mensaje, te saca por completo de tu elemento y de la concentración que tenías en lo que hacías para pensar en quién te escribió o en si lo hicieron para algo importante. Por eso, me confieso: de vez en cuando activo el modo avión para garantizar mi paz y disfrute en esos pequeños y valiosos momentos del día. Esto lo sugiero para actividades como meditar, leer, dibujar, conectare contigo o ejercitarte.

Y en vacaciones…

  • Procura llevar la menor cantidad de equipos tecnológicos contigo, así aprenderás a despegarte del trabajo; créeme, nadie morirá ni el negocio se vendrá a pique por unos días de desconexión. Este tip también te servirá para generar más recuerdos inolvidables que fotos para tus redes sociales. A fin de maximizar la experiencia, sugiero que lleves una cámara digital en vez de usar tu teléfono como cámara.
  • Notifica a terceros de tus vacaciones y ausencia, obvio, para que no te molesten.
  • No dejes trabajo pendiente, así no tendrás razones para preocuparte ni excusas para sacar –o llevar tu laptop– durante el viaje o temporada de descanso.

  • Atrévete a cerrar la sesión de todas tus redes sociales. No, no es un chiste ni una broma de mal gusto. Cuando estás de viaje, lo ideal es aprovechar el tiempo para conocer el lugar y crear experiencias inolvidables; más aún si estás fuera de la ciudad o en un lugar que antes no conocías, por lo que no es bueno que dejes tu celular a un lado para mantenerte en contacto con tus acompañantes si alguno se extravía o separa. Lo bueno de cerrar la sesión de tus redes es que las notificaciones de las mismas no servirán de distracción; así, si tomas el teléfono para contactar a alguien, no te encontrarás media hora después navegando en Instagram o Facebook.

En tiempos donde la hiperconexión es la regla, confío en que puedas reunir la fuerza de voluntad suficiente para practicar estos simples consejos y convertirte en la excepción a la misma; créeme, quizás te cueste desconectarte al principio o te sientas rara, pero cuando veas lo gratificante que resulta reconectarte con la vida, me lo agradecerás.

#MujerInspírate

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Andrea Colina

Comunicadora Social/Periodista. Escribo, luego existo. Amante del buen cine y de los retrogames. Creativa por gracia multiforme.
JESÚS: mi verdad absoluta.

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