Practicar la coherencia para una vida satisfactoria

Si hay algo importante para alcanzar la plenitud de vida es la coherencia, porque ¿cómo vivir de acuerdo a lo que crees y/o piensas sin practicarlo?

Cuando no predicas con tu ejemplo y no practicas a diario los cambios que deseas, difícilmente llevarás una vida coherente; por esa razón se hace necesario practicar lo que deseamos ser, y la mejor forma de hacerlo es establecer pequeñas metas diarias que podamos cumplir.

En mi caso, cuando he quiero cambiar aspectos de mi vida, casi siempre el propósito ha sido convertirme en una mejor persona: una mujer más compasiva, positiva, entusiasta, flexible, amorosa y honesta conmigo misma. Para lograr mi cometido y procurar la coherencia, lo que he hecho es ir modificando los aspectos negativos –externos  e internos– que limitan el cumplimiento de mis intenciones; en este punto debo admitir que de vez en cuando aparecen nuevos retos de carácter, esto sucede porque crecemos rodeados de muchos prejuicios que nos van moldeando a lo largo de la vida.

Ahora bien, te explicaré mejor cómo es eso de “modificar los aspectos negativos –externos e internos–” para alcanzar la coherencia, de la siguiente manera:

Por ejemplo: si quiero mejorar mi forma de hablar y comunicarme, en primer lugar busco que la comunicación sea asertiva cuando me expreso (un aspecto interno); entonces, trato de hablar de manera pausada, escucho con atención lo que me dicen, presto más atención a mis pensamientos y a cómo me siento al respecto… Sin embargo, esta no es la única forma que tenemos de comunicar, y ¡aquí entra un aspecto externo!: El lenguaje corporal, porque la postura y gestos, –así como la forma en la que vestimos– también hablan por nosotros, por lo que ese aspecto también hay que cuidarlo.

Para mejorar mi forma de comunicar, también cambio palabras y uso unas que me expandan, es decir, palabras que transmitan con eficiencia lo que quiero decir (otro aspecto interno). Una manera de lograrlo es practicar lo positivo, porque si buscas lo positivo de cada situación, de seguro lo encontrarás; eso sí, ¡busca con ganas!, pensando siempre de forma positiva y dejando de lado la negatividad.

Otra cosa que he querido cambiar en mí –y que cabe mencionar– es el apego emocional, ya sea hacia las cosas o hacia las personas. Esto es algo que a veces ¡afecta mucho!, sobre todo cuando de tomar decisiones se trata, porque siento que me limita. A pesar de ello, es un camino que recorro cada día, y aunque en ocasiones resulte complicado, procuro ser coherente en mis actitudes al respecto.

Verás, una de nuestras intenciones debe ser vivir cada día más en la sencillez, sin necesitar tantas cosas para ser feliz, entiéndase con esto no requerir a una persona o cosa en específico para sentirnos plenas o seguras; por esa razón, esos son aspectos a lo interno que trabajo en detalle. En cuanto a lo externo, fomento y valoro la relación con mis amigos y familiares, procurando obtener lo satisfactorio, sacando de mi mente lo que no requiero.

Otro elemento que es importante practicar en la coherencia es la gratitud. Verás, siempre nos quejamos porque no tenemos todo lo que queremos y olvidamos las cosas maravillosas que sí son una realidad en nuestras vidas.

En cambio, cuando practicas la gratitud, te vuelves capaz de  observar tu propia abundancia. Aprendes a dejar ir cosas y personas que ya no forman parte de tu vida para abrir paso a lo nuevo, y esta también es una manera de crecer.

Entonces tenemos que: como yo quiero ser compasiva, positiva, entusiasta, flexible y amorosa, empiezo con estas mismas palabras a practicar la coherencia, es decir las llevo a la acción y cada día, paso a paso, voy convirtiendo lo que pienso y siento en lo que hago.

Como verás, no es una tarea sencilla; sin embargo, la vida misma no lo es… Por eso hace falta voluntad, coraje y amor, estos son los mayores ingredientes, aunque también puedes agregar pasión, entusiasmo, paciencia, conciencia, compasión, autocompasión y sentido común.

La invitación es a que escojas las palabras que definen a la persona en quién deseas convertirte, es decir, esa persona que yace en tu esencia y entiende cada significado. Una vez lo hagas, comienza a practicar la coherencia entre lo que piensas y haces, así pronto te darás cuenta de que eres capaz de hacer cosas que antes creías imposibles, además, descubrirás la flexibilidad en todo lo que está a tu alrededor. Lo mejor de todo esto es que aprenderás a reconocerte en cada elemento que te rodea.

#MujerInspírate

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Hilmar Márquez

Coach de vida y organizacional. Community Manager. Generador de Contenidos. Mujer con los pies en la tierra y el espíritu en alto.

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