Motivos para ser feliz

No hay mayor felicidad que la que vive en el alma de las pequeñas cosas, ni mayor felicidad que aquella que generan las cosas simples de la vida. Es por eso que hoy me levanté dispuesta a valorar cada pequeño detalle que Dios y la vida me regalan a diario.

Hoy me desperté y decidí sentir la frescura y la suavidad de las sábanas que me acarician, la delicia de la almohada donde descansan mis sueños, el amor de la persona que me acompaña en esos sueños… Solo abrir los ojos me hizo sentir cómo Dios me regalaba un día más para vivirlo al máximo, para ser feliz, para ser agradecida, para amar a quienes me rodean, para disfrutar cada segundo de mi existencia.

Me di un baño y tuve el privilegio de escoger el agua fría, tibia o caliente. Bajé a la cocina y tomé mi delicioso jugo de naranja, pero esta vez, me detuve por un momento a sentir y degustar los pequeños trocitos de la pulpa. Antes de salir, observé mi casa y me di cuenta de que todo lo que tengo está lleno de amor, esfuerzos, ilusiones, locura, momentos gratos, recuerdos, y sueños por cumplir. Luego salí de mi casa y agradecí al cielo por tener una visión 20/20  para observar la hermosura de los colores que me rodean. Di gracias por tener mi olfato, pues, pude oler la tierra, la naturaleza y el viento, pude deleitarme en el olor de un nuevo amanecer.

Di gracias por poder escuchar el cantar de los pájaros, el viento y el sonido que este hacía al pasar por las hojas de los árboles. Di gracias por tener mis manos y mis pies para sentir la textura de las cosas que toco y piso a diario, decidí descalzarme y sentir la textura del pasto, de la alfombra, de la calle. Me senté a almorzar y decidí degustar el sabor original de cada cosa sin sal, y fue maravilloso conocer el verdadero y puro sabor de lo que nos alimenta. Destapé una gaseosa y las pequeñas burbujas de la efervescencia que pegaron justo en mi cara ¡me hicieron feliz!, y sonreí…

Caí en cuenta que cada día, alguna persona –conocida o no– me dice algo maravilloso, y pude constatar el poder que encierra una sonrisa, el poder de una palabra, de un abrazo…

Finalmente descubrí las cosas que todos los días tenemos, esas que nos rodean, olemos, tocamos, observamos, hacemos, decimos, y las cuales muchas veces ignoramos por andar como locos, afanados, pensando solo en las tormentas de la vida, sabiendo que al final, Dios siempre sale a nuestro encuentro con maravillosas sorpresas. Por eso, ¡decide hoy empezar a mirar y a valorar el verdadero sentido que tiene estar en esta tierra!, el verdadero sentido de todo lo que te rodea.

Hace tiempo descubrí que la felicidad depende de uno mismo y de la perspectiva desde la que veamos las circunstancias y cosas. ¡Atrévete a observar cada detalle de tu vida!, solo así te darás cuenta de lo feliz que puedes llegar a ser si prestaras más atención a las bendiciones diarias de Dios. Y por último, ¡sonríe siempre!, estoy segura de que tienes algún motivo para hacerlo a diario, por pequeño e insignificante que parezca.

¡Que seas feliz!, ese es mi deseo, y el deseo de Dios para ti, porque motivos tienes de sobra.

#MujerInspírate

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Melina Vélez

Melina Vélez es comunicadora social, presentadora de radio, escritora, productora de Marketing Digital y directora creativa de Mujer Inspírate. Melina es una soñadora imparable, esposa de Ángel Galeano y mamá de Napoleón, su hijo perruno.

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