Lo que esconde el autosaboteo
Típico: Cuando todo parece ir bien en nuestra vida, surge esa pequeña vocecita en nuestro cerebro a fin de hacernos ese fatídico recordatorio: “¡esto es demasiado perfecto para ser verdad!, así que ¡ponte alerta!, que lo bueno dura poco”. Ese pensamiento marca el inicio de una búsqueda constante de aquello que llegue a arruinar todo eso bueno que vivimos, hasta el punto de ser capaces de gestar nuestro propio drama para apresurar ese fin. Eso, mi querida amiga, se llama autosaboteo.
Una de las causas del autosaboteo es el control. Tal como lo evidenciamos en el ejemplo inicial, tendemos a hacer una tormenta en un vaso de agua por la simple y llana razón de preferir fallar por nuestros propios medios o predicciones que por una situación imprevista. En esta categoría entran todas esas personas que tienen por hábito imaginar lo peor de cada situación, alegando que es una manera de estar preparadas para cuando eso ocurra, y así “nada les tome por sorpresa”. En pocas palabras, se trata del autosaboteo mismo camuflado en un aparente sistema de defensa. ¿Te suena familiar?
Otra de las razones del autosaboteo es lo que la doctora Ellen Hendriksen define como “el síndrome del impostor”, o como lo llamamos nosotras “falsa humildad”. Esto sucede cuando el éxito en tu vida (sea laboral, financiero, espiritual, familiar o amoroso) empieza a hacerte sentir que algo está mal, hasta el punto de convencerte que eres un fraude y no mereces lo que vives.
En ocasiones, el autosaboteo responde al simple aburrimiento. En esta categoría entran las “drama-queens”. Sin embargo, a veces somos conscientes del autosaboteo en nuestras vidas, y nos escudamos en él para no querer afrontar los verdaderos problemas que nos hacen adoptar dicha actitud. Me atrevería a decir que este es el peor causante de todos.
Sea cual sea la razón de autosabotearte constantemente, la invitación de hoy es a que te armes de valor y mires hacia dentro, sin ignorar nada de lo que sucede en tu interior, puesto que detrás de esa actitud suelen alojarse factores como la resistencia al cambio, el temor y hasta heridas del pasado que necesitan sanar. De no exponer a estos enemigos ocultos y trabajar en pos de contrarrestarlos, difícilmente podrás avanzar a nuevos niveles en tu vida.
#MujerInspírate
