El poder de una mujer que no negocia lo que merece
Eres una soñadora en potencia, solo que quizás lo has olvidado. De hecho, esa cualidad es algo propio de nuestra naturaleza; por esa razón hay tanto poder en una mujer que no negocia lo que merece.
Lo que sucede es que la capacidad de soñar se ve afectada por el paso del tiempo, restándole cada vez más libertad para fluir. Así es como —con los traspiés de la vida y las heridas del corazón— le abres la puerta de tu ser al conformismo y a los pensamientos que llegan a invadir tu mente, esos con los que intentas convencerte de que «no es tan malo» lo que vives. Sí, me refiero a esos argumentos plagados de frases como «por lo menos» o «peor es nada» que te impiden vivir a plenitud.
Así, ese sueño de tener, vivir o ser quien deseas se ve menguado por quien eres hoy, sin saber que al pensar de esa manera, sacrificas la esperanza de un mejor futuro y hasta el propósito mismo.
Un claro ejemplo de ello es cuando te conformas con amores tibios por temor a salir herida nuevamente y/o por huir de la soledad; o bien, cuando dejas pasar una oportunidad por no sentirte lo suficientemente apta para aceptar el reto. Experiencias como estas te convencen de que soñar sale caro y así es como acabas por negociar tu valor.
Ahora bien, puede que nada sea como lo soñaste. Sin embargo, ¿alguna vez te has preguntado por qué ese deseo ardiente por vivir lo que deseas sigue sin extinguirse? Me refiero a esa expectativa que no deja de llenarte de nostalgia al contemplar tu presente, ese con el cual te has conformado.
Ese sentir tiene un objetivo: despertarte del letargo en el que te encuentras. Se trata de una alarma que perennemente titila, indicándote que estás yendo contracorriente y te invita a que te dejes de conformar con las migajas que la vida te ofrece cuando hay un banquete entero dispuesto pata ti, del cual puedes saciarte.
No, este no es otro cuento con un final feliz truncado. Este es un llamado a volver a tu esencia: a abrazar tu diseño original y comprender lo que irrefutablemente mereces.
Por esa razón, hoy quiero hablarte del poder que yace en tu interior; porque lo único que te separa de vivir la vida que siempre has soñado es lo que hasta hoy te has permitido creer de ti.
¿Cómo vive una mujer que no negocia lo que merece?
Una mujer que entiende de qué está hecha y lo que merece, no cede ante la presión social ni se conforma con atributos aceptables, simplemente porque sabe que aunque algo sea bueno, ella está destinada a lo mejor.
Cuando una mujer no negocia lo que merece, nada ni nadie puede detenerla, porque entiende que detrás de cada fracaso, hay una victoria cada vez más cerca y múltiples enseñanzas de vida que le muestran por dónde no debe transitar.
Cuando una mujer sabe cuál es su calibre, no necesita ir por el mundo buscando aprobación para ser feliz, puesto que entiende que la única aprobación que necesita es la que viene de arriba, y la única aceptación que la llena plenamente es la que se brinda a sí misma al reconocerse como es, con sus defectos y virtudes.
Una mujer que conoce su valor deja de cuestionarse sobre qué hacer para ser feliz, porque ha entendido que la felicidad no radica en personas, experiencias o cosas, sino en un trayecto pavimentado en amor que ella misma se traza a lo largo de la vida.
Cuando una mujer sabe lo que merece, no permite que sus sentimientos nublen su norte y aprende a cerrar las puertas de su vida a cosas y/o personas que le hacen daño o le restan, ya que valora su tiempo y su visión es demasiado clara como para dejarse distraer.
Una mujer que conoce quién es realmente, no guarda espacio a inseguridades, estereotipos o percepciones de quienes la ven desde fuera, ya que entiende en quién está puesta su confianza y que su luz irradia de lo imperecedero: de esa esencia íntima que la hace un tesoro y que solo quienes leen entre líneas pueden apreciar.
Una mujer que sabe lo que quiere no teme seguir adelante ni al «qué dirán», porque entiende quién es el autor de sus sueños.
Solo hay un lugar en donde podrás reavivar esa esencia incorruptible que duerme en tu interior para reafirmar tu valor y despertar tu poder; solo necesitas disposición, fe y dejar de mirar a tu alrededor para enfocarte en lo de arriba, en quien reposa tu verdadera identidad.
#MujerInspírate
