Dale la vuelta a la indiferencia

Hoy quiero hablarles de algo que vengo meditando últimamente y es en la necesidad urgente de erradicar la indiferencia que, sin darnos cuenta, domina nuestras vidas.

Si nos detenemos a pensarlo, ¡hay tantas cosas que podemos hacer por alguien más!, pero no las hacemos debido a la indiferencia, ya que la mayoría de nosotras vivimos sumergidas en nuestras propias necesidades.

Cuando nuestros pensamientos, actitudes y acciones giran en torno a declaraciones como “yo necesito”, “yo quiero”, “yo merezco”, nos encontramos ante un evidente estilo de vida marcado por el egoísmo –por duro que se lea– y sin darnos cuenta, la indiferencia que este origina termina por acabar con lo poco valioso que nos queda en la vida: la habilidad de ser empáticos, la virtud de ser compasivos y la bendición de amar más y ser más sensibles ante lo que sucede a nuestro alrededor.

Ahora bien, aclaro que no soy enemiga del deseo de vivir bien, de la búsqueda de la felicidad ni de trabajar por alcanzar los sueños; pero sí creo que –como parte de nuestra humanidad– es imperativo repensar lo verdaderamente importante y empezar a marcar una diferencia en la vida de otros en la medida que podamos, sea mucho o poco.

A través de mis lecturas profundas de la Biblia y momentos de meditación con Dios, he confirmado muchas cosas lindas que podemos hacer para acabar con la indiferencia en nuestras vidas y que deliberadamente estamos dejando de lado. Asimismo –y a través de una entrevista radial en el show de Mujer Inspírate– corroboré una vez más que vivimos tiempos muy difíciles y que la mayoría de las personas viven muy alejados del propósito que encierra la vida misma. Esto tiene que acabar.

Puedo entender que no todos tengan el deseo de hacer algo por los demás, pero si hay algo de lo que estoy convencida es que si estamos en este mundo por un período tan fugaz, en definitiva, es para algo bueno y trascendental.

Por esa razón, en las siguientes líneas me gustaría dejarles algunas cosas que trato de aplicar en mi día a día para no perder la vocación y la pasión por lo que sé que puedo hacer por otros –por pequeño que sea–, para que lo pongas en práctica. Quizás pueda devolverte el deseo de hacer algo que le dé sentido a tu vida, se multiplique en algo lindo y de origen a algo grande en ti. Después de todo, así nació el proyecto Mujer Inspírate.

1. No esperes a tener suficiente o de sobra para compartir, mejor es estar siempre dispuesta a dar de lo que tengas, aunque sea poco. Si tienes algo para comer, ofrécelo; si tienes mucho que vestir, repártelo; si tienes una palabra alentadora, compártela; si tienes un abrazo para brindar, regálalo; si las experiencias de vida te han sumado sabiduría, impártela; si tienes una sonrisa que viene del corazón, exhíbela…

No esperes a tenerlo todo para empezar a marcar la diferencia en quienes te rodean, ya que no sabes quién puede estar necesitando eso que solo tú tienes y que a ti misma te parece insuficiente.

2. Juzga menos y sé más comprensiva. Procurar entender las circunstancias de los demás te hará ser más sensible a las necesidades que tienen las personas; así podrás ser un vehículo de apoyo para otros.

No permitas que tu corazón se contamine por causa de señalamientos innecesarios.

3. Haz todo con amor. Practicar el amor en todos los escenarios y con todas las personas te hace más humana, fortalece tu esencia y te acerca más a lo verdaderamente importante en la vida, el propósito de la misma.

Amar es buscar el bien y procurar lo bueno en todo, con todos.

Cada nuevo día de vida es una oportunidad que Dios nos da de convertirnos en mejores personas, en agentes de cambio y sobre todo, en cultivadoras de esperanza. No desaproveches todo lo que tienes en tu corazón para dar por estar ensimismada a causa del ego. ¡Ya es tiempo de darle la vuelta a la indiferencia y empezar a vivir diferente para poder marcar la diferencia en otros!

#MujerInspírate

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Melina Vélez

Melina Vélez es comunicadora social, presentadora de radio, escritora, productora de Marketing Digital y directora creativa de Mujer Inspírate. Melina es una soñadora imparable, esposa de Ángel Galeano y mamá de Napoleón, su hijo perruno.

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