Cinco asesinos de sueños extraordinarios

En mi post anterior, «Cuando Dios te da un sueño extraordinario», te contaba un poco de mí y del origen de Mujer Inspírate –este sueño extraordinario que Dios depositó en mi corazón–. Ahora bien, después de haber llegado hasta acá quizás pienses que todo ha sido color rosa, pero no es así; además de sacar lo mejor de mí, este proyecto también ha exteriorizado cosas no tan buenas, pero esa es una de las cualidades de todo sueño de Dios: sacarte de tus límites y comodidad, porque el propósito de ello es depurar tu alma y cimentar tus pies en Él.

Por esa razón, hoy te hablaré sobre cinco puntos que debí enfrentar y superar cuando decidí emprender este proyecto que hoy nos une, se trata de cinco enemigos que se especializan en matar sueños extraordinarios, y son los siguientes:

Negligencia

Se define como el error o fallo involuntario causado por la falta de atención, aplicación o diligencia de una persona en lo que hace.

A la hora de emprender un sueño, la primera pregunta que viene a nuestras mentes es «¿cómo lo haré?», a partir de ese momento, la diligencia debe convertirse en tu principal aliada. ¿Por qué? ¡Simple!, porque por más que creas en tu sueño, si no te activas, jamás lo verás hecho realidad.

En este punto, te aconsejo que empieces por lo básico: documéntate, investiga sobre lo que deseas emprender y el área que abarca, asesórate, planifica, ¡haz algo!, pero no permitas que la negligencia te siente a esperar que del cielo baje todo en bandeja de plata.

Subestimación

Cuando empiezas a indagar sobre lo que requieres para activar el sueño que Dios depositó en tu corazón, nos intimidamos, y así empezamos a descalificarnos: Los «no puedo…», «no sé…», «no soy…», «no tengo…» se hacen comunes en nuestro vocabulario.

Es aquí donde necesitas detenerte a meditar, recapacitar y cambiar de actitud, porque quizás sí existan personas más cualificadas, pero ¿sabes qué?, el sueño que te esfuerzas por emprender Dios mismo lo puso en tu corazón, y si Él lo puso ahí es porque ya te dio lo necesario para desarrollarlo y alcanzarlo. Así que ¡no te subestimes!

Duda

La duda entra cuando tu confianza está puesta en tus capacidades, talento y/o conocimiento. Es entonces cuando el «¿y qué si…?» llega a invadir nuestros pensamientos.

Amiga, ciertamente Dios te dio dones y talentos únicos para que desarrolles, pero no te equivoques depositando tu fe en ellos, es solo su favor especial lo que te garantizará resaltar del resto, porque es su respaldo mismo el que te acompaña. Si es así, ¿qué razones tienes para dudar?, recuerda que Dios no miente ni se equivoca.

Miedo

El temor se alimenta de lo incierto, y esa incertidumbre te paraliza y te cohíbe de jugártelas todas por eso que te apasiona, en fin, no te deja arriesgarte por miedo a las consecuencias. Ahora bien, te tengo noticias:

El mayor combustible que un sueño extraordinario demanda de ti es la fe, y eso es porque Dios necesita ver de qué estas hecha, no porque no lo sepa, sino porque Él quiere que tú misma te des cuenta de lo que eres capaz de lograr si confías en Él.

Este es uno de los grandes eslabones a vencer, y como sé en carne propia lo que implica, en Mujer Inspírate hemos dedicado un artículo especial con estrategias que te ayudarán a vencer el temor, puedes leerlo haciendo click aquí.

Escepticismo

Este es el mayor enemigo de todos, y se oculta en el interior de nuestra alma, muchas veces de manera silente. Verás, el escepticismo se traduce en el recelo, incredulidad o falta de confianza en la verdad o eficacia de una cosa, en este caso, de Dios.

Sé que suena duro, pero es cierto; ¿cuántas veces Dios te ha hablado de ese sueño, y tú simplemente no crees que sea posible que algo así sea para ti? Entonces te activas y haces todo lo que tienes a la mano, pero cuando las cosas empiezan a salir diferente a lo que esperabas, la incredulidad sale a relucir para decirte: «Te lo dije… siempre lo supe, esto no iba a funcionar».

Antes de emprender tu sueño extraordinario, debes estar plenamente convencida de que Dios lo hará por ti y que tú solo eres un medio para su plan perfecto; de lo contrario, en vano será tu esfuerzo, porque tu escepticismo estará condenándote de antemano al fracaso.

Ahora bien, lo bello de Dios es que Él es un especialista en nuevos comienzos y segundas oportunidades; sus sueños nunca caducan; así que si has llegado hasta aquí y me dices: “Meli, es que ya yo he fracasado, y estoy cansada de fracasar», hoy te digo que por más que hayan sido los fracasos, ¡nunca te canses de intentar!, porque cada uno de ellos te brindan valiosas lecciones sobre lo que antes no funcionó; y si no me crees, este post especial sobre el fracaso te ayudará a develar esas lecciones.

Sé que hacer realidad un sueño extraordinario no es tarea fácil, pero es un camino que te lleva a superarte en todos los sentidos, y cuando comprendes que no caminas sola, se hace realmente fascinante.

#MujerInspírate

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Melina Vélez

Melina Vélez es comunicadora social, presentadora de radio, escritora, productora de Marketing Digital y directora creativa de Mujer Inspírate. Melina es una soñadora imparable, esposa de Ángel Galeano y mamá de Napoleón, su hijo perruno.

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