¡Basta de ser perfecta!
En el transcurso de mi vida me he topado con muchas mujeres, la mayoría anda todo el tiempo en una competencia que, a mi forma de ver, es absurda y extenuante. Ellas compiten todo el tiempo y de manera deliberada por alcanzar el estereotipo de mujer perfecta, como si eso de la perfección en un simple mortal existiera.
Como mujeres, creo que si fuésemos un poco más realistas, seríamos mucho más felices.
Para lograrlo, es muy importante conocerte a ti misma y aceptarte como eres, porque es dentro de ti donde descubrirás tu belleza y valor.
Aunque no lo parezca, antes solía ser una de esas mujeres que competía constantemente para alcanzar esos estándares de perfección: el mejor cuerpo, la mejor profesión, los títulos, la moda, los trabajos de renombre, el mejor novio y todo lo material posible. Estaba convencida de que todo esto era indispensable en mi vida y si no tenía todos estos factores en orden, entonces todo estaba mal para mí; me sentía la fracasada, la doña nadie, un cero a la izquierda…
Sin embargo, con el pasar del tiempo, Dios me dio la oportunidad de ir descubriendo mejores facetas de mí ,como mujer, que el hecho de pretender ser perfecta; entonces decidí empezar a descubrirme a mí misma de adentro hacia afuera y ¡vaya!, no quiero alardear pero ¡qué gran descubrimiento fue!
Por eso, si te identificas en algo con ese falso prototipo de mujer perfecta, llegó el momento de acabar con la «perfeccionitis aguda» y empezar a ser tú misma, esa mujer auténtica que está llena de cualidades maravillosas por descubrir. ¿Te animas a asumir este gran reto? Estas son algunas recomendaciones que te pueden ayudar a descubrir quién eres realmente y cuánto vales:
Pasos para dejar de lado ese anhelo desmedido de ser perfecta
- Sé realista. Cuando tienes una perspectiva correcta de ti misma, te das cuenta de que no tienes que ser esa «mujer perfecta”; una que se esclaviza ante el cumplimiento de estándares irreales impuestos por la sociedad.
- Establece límites. Es clave conocer hasta qué punto debes llegar en todos los aspectos de tu vida, cuándo es el momento de parar y pensar si eso que estás haciendo te hace bien o mal.
- Evalúa tu autoestima. Respóndete con sinceridad qué opinión que tienes sobre ti misma: tu forma de ser, tus logros en la vida, tu capacidad para enfrentar situaciones adversas y la aceptación de tu físico y personalidad.
- No te castigues más. El pasado está pisado y no hay forma alguna de cambiarlo, así que deja ir y en vez de tener siempre en cuenta lo malo o lo que aún no tienes. Para poder dejar aun lado tu necesidad de perfección, debes empezar a enumerar todas las cosas buenas que tienes y ponerlas en un lugar visible.
- Siéntete orgullosa de lo que eres y de todo lo que has logrado en tu vida, por más pequeño que sea. Aprende a darle valor a tus logros y a aplaudirte cuando lo merezcas.
- Establece metas cortas. Vive el día a día cumpliendo con lo que te propones un paso a la vez, verás qué feliz te acostarás cuando evalúes tu día y te des cuenta lo que poco a poco has logrado.
- Agradécete por tener el valor de dejar tus miedos atrás y actuar para ser mejor cada día.
- Saca tiempo para ti. Comparte contigo misma, invítate un helado, un café, un día de playa, un libro, un té, un masaje o regálate flores si no las recibes de alguien más. Sólo tú eres la responsable de tu propia felicidad.
- Se auténtica. No tienes por qué ser una copia, tienes todo para ser una versión original: ser tú misma. ¡Descúbrete sin temor de ser auténtica!
- Ten claridad. Busca la claridad en tu vida espiritual, laboral, familiar, afectiva, social, emocional, y física. Vive conforme a lo que crees, a tus preceptos y principios.
A partir de hoy, aprende a mirarte al espejo todos los días de tu vida y en vez de señalarte, regálate palabras de amor y afirmación. Si no empiezas por amarte a ti misma, difícilmente aprenderás a recibir amor o a darlo.
¡Eres valiosa!
#MujerInspírate
