Aprende a decir «NO» cuando es necesario (Parte I)
En ocasiones nos volvemos tan permisivas con nosotras mismas que perdemos de vista la pequeña línea divisoria entre el tener una actitud servicial y el sobrecargarnos de responsabilidades. No me malentiendas, no está mal dedicarnos al trabajo con el 100 % de nuestro esfuerzo o prestar ayuda a otros, de manera desinteresada, cada vez que vemos la oportunidad, pero todo debe tener un equilibrio, de lo contrario, este tipo de excesos podría no solo afectar tu vida, sino que de cierta forma alcahuetearía la actitud de personas a tu alrededor que gracias a tu “colaboración desmedida” dejan de aprender a dar el máximo de ellas mismas.
Aunque a muchas no les resulte algo sencillo, en ocasiones, el aprender a decir «no» puede convertirse en tu arma más poderosa. Se trata de aprender a ser asertivas.
La asertividad es la habilidad personal que nos permite expresar directamente los propios sentimientos, opiniones, pensamientos y defender nuestros derechos, en el momento oportuno y de la forma adecuada, sin negar ni desconsiderar los sentimientos, opiniones, pensamientos y derechos de los demás.
No te muevas en emociones
Lo primero que debemos acatar para lograr esto, es aprender a no manejarnos solo por nuestros sentimientos y/o emociones. Quizás siempre nos sintamos impulsadas por la necesidad de ayudar, pero no siempre será el momento adecuado para hacerlo.
En ocasiones, de manera inconsciente, pretendemos –como dicen– “ser más buenas que Dios”, cuando en realidad desconoces si esa dificultad o percance que está enfrentando la otra persona para cumplir su cometido, es una herramienta que Dios mismo está usando para sacar lo mejor de sí; ¿te gustaría contender contra eso?
Además de esto, existe una realidad innegable: por más que deseemos vivir en un mundo donde todos seamos felices; hacer felices a los demás y resolverles la vida en la medida posible NO es tu trabajo. Querer agradar a todos siempre implicará un desgaste físico y emocional enorme, además, te tengo noticias: aunque inviertas tu vida entera en ello, siempre existirá alguien que no estará satisfecho.
No te sientas culpable
Cuando sucumbimos ante una petición, entendemos que nos resulta difícil negarnos porque esto nos llevaría a sentirnos culpables, egoístas, ansiosas, o bien, a creer que lastimamos a alguien.
¿Sabías que la capacidad de decir «no» está estrechamente relacionada con la autoestima?, por esto es que las personas que tienen una baja autoestima y poca confianza en sí mismos, se sienten nerviosos por los demás y tienden a aceptar las peticiones.
Puede que en algún momento te encuentres con alguien que se sienta ofendido o simplemente no se contente ante tu negativa, pero repito: no es tu obligación resolver los problemas de los demás; puedes ofrecerle otro tipo de apoyo, pero no caigas en el tan común error de asumir como propias las cargas de otros, porque lamentablemente existen personas que suelen aprovecharse de ello.
Decir «no» con frecuencia te permite decir «sí» a lo realmente importante.
No dejes de leer la segunda parte de este post, donde te enseñaré cinco puntos que puedes practicar para aprender a ser más asertiva y decir «no» sin morir en el intento.
#MujerInspírate
