4 atributos para aprender a ser compasivas
En el mes internacional de la mujer quiero rescatar el concepto de la compasión que debería ser –en mi humilde opinión– uno de los valores más importantes de nuestra sociedad. Quise escribir de este tema porque observo hechos de violencia con frecuencia y mi deseo es sumar un granito de arena para contrarrestarlos.
Te adelanto que hablaremos de cuatro atributos que engloban el concepto de ser compasivos ante el sufrimiento de otros, estos son: identificar el elemento motivador, aceptar nuestro mundo emocional, poner en práctica la empatía, y cultivar una actitud de no juzgar al otro.
Per se, la compasión es definida como la habilidad de una persona para entender su propio sufrimiento; al darle sentido a su experiencia, se llena de energía para ayudar a otros en situaciones similares.
Para desarrollar la capacidad de compasión con otros, es necesario empezar con uno mismo.
No existe una fórmula mágica para aprender a ser compasivas, pero sí existe un elemento motivador, porque estamos escogiendo darle la mano a quien lo necesita. Este elemento motivador no es un acto de nobleza al azar, más bien es algo que nace del corazón porque la experiencia de esa persona hace eco en la nuestra.
Seremos compasivas cuando podamos reconocer y aceptar nuestros sentimientos, sin huir de ellos.
En simples palabras, esto es aceptar nuestro mundo emocional; ese instante en el que somos conscientes de que la rabia, la tristeza, la alegría, la desesperanza, el miedo o la frustración nos invaden. Al hacerlo, también estaremos haciendo consciente que la emoción es transitoria y específica en una situación. Esto nos ayudará a aceptarla con mayor facilidad.
Pero, ¿de qué me sirve reconocer mis emociones para ser compasiva con otros? El reconocimiento emocional nos permite darle contexto a las decisiones, pensamientos y emociones que esa persona está atravesando en un momento determinado. En ese instante estarás practicando la empatía, o en otras palabras, la comprensión del mundo emocional de la otra persona.
Así también estarás dando paso a una necesidad de nuestra sociedad: no juzgar al otro, ni su persona ni su experiencia de vida.
Al permitirnos comprender realmente el sufrimiento de otro ser humano sin sentir una necesidad imperiosa de hacerle sentir culpable por estar en esa situación, entonces estaremos manifestando una actitud compasiva.
Finalmente, la combinación de estos cuatro atributos será el motor invisible dentro de ti para llevarte a ayudar a esa otra persona en su necesidad.
Cierro este post con una pregunta para reflexionar: ¿qué harás para cultivar la compasión en ti misma?
#MujerInspírate
